El pobre Rico en su avaricia ignora
Que hay cosas tan valiosas
Que, de tanto que valen,
No se venden ni compran:
Son los preciados Dones del Espíritu,
No las tangibles cosas materiales.
Quien riquezas codicie,
Podrá ser Millonario,
No será nunca Artista.
Sí será un Mercenario
Del Rico, al que le sirva.
El Dinero, Poeta, es el estiércol
Donde se pudre lo espiritual
Y donde cobra vida y resplandece
Todo lo material.
Óyeme bien, Poeta:
A la pura Belleza,
Ponla siempre primero,
Aunque traiga Pobreza,
Aunque espante al Dinero.
Óyeme bien Poeta:
La Ética a la Estética
No sacrifiques nunca:
Nada más inmoral
Que servirse del Arte y la Belleza
Para servirle al Mal.
Nada más inmoral
Que traicionar los dones
Que Dios te da
Y les niega a otros Hombres
De mejor voluntad
Y más limpios Amores.
Sólo si eres sincero,
Podrás decir de tu Arte
Que es Arte verdadero
Y no mercadería que te paguen.
Di siempre Tu Verdad.
Ábrete Tu Camino y síguelo.
Verás cómo te siguen los demás
Viendo cómo te sigues tú a ti mismo.
Si Espíritu es el Arte,
Mal podrá ser Artista
Quien sólo se comporte
Como un Materialista.
Si Espíritu es el Arte,
Mal podrá ser Artista
Quien sólo a la Materia
Por realidad admita.
El Arte es el Espíritu
Que se materializa.
El Arte es la Materia
Que se espiritualiza.
Y si el Hombre es Espíritu y Materia,
Espíritu y Materia
También será el Poeta.
De Carne Dios le hizo.
No hizo de él un Ángel.
Y Alma y Carne será hasta que se muera
Y deje aquí su Carne
Y al Cielo su Alma ascienda.
Todos, todos por dentro,
A un Poeta llevamos
Y nuestro mejor Yo
Será lo que tengamos de Poeta,
Que es haciendo o leyendo Poesía
Como mejor a Dios nos acercamos.