Emerges cabalgando mis auroras,
con tu faz de hidalgo andante,
dando esperanzas a mi vida,
¡con tu lira!...,¡con tus versos!..
¡con tu poesia!...,
Caballero de corazón de oro,
¡de verso grácil!, ¡de pluma fina!,
llegas remontando mis cuestas,
al lugar donde mi pasión habita,
A un jardin, expresamente oculto,
donde el aire que se respira,
lleva olor a mastrantos,
¡a rosas!..., ¡a calveles!...,
¡ a miel recien recogida!,
Señor del verso dulce,
de la hermosa poesia,
hurgas con tus palabras mis sueños,
¡con ahinco rasgas y develas!
mi lugar secreto y escondido...,
Te alojas donde nace mi prosa,
donde imagino mi poesia,
te entremetes con tu anhelo,
en los secretos de mi vida,
dejandome tu sabor a fiestas y alegrias...,