Es suave el amor, en el espíritu de Dios,
el bien verdadero.
Es gozo el amor, al conversar con Dios,
adorándolo.
Es paz el amor, al ser pacificador,
con alma tranquila.
Es paciencia el amor, al aceptar con buen ánimo,
todo infortunio.
Es benignidad el amor, al tener buena voluntad
interiormente.
Es bondad el amor, al ser bueno con todos los seres,
del universo.
Es fe el amor, al creer en los demás,
y al ser fiel siempre.
Es mansedumbre el amor, al dar buen trato a todos,
silenciosamente.
Es templanza el amor, en la valentía, junto a
la suave serenidad.
Lupercio de Providencia