Abrazaste en aquél ramo de flor,
cuando te regalé aquella noche.
Me miraste con hondo reproche,
cuando te insinué, hacer el amor.
Te abrace fuerte con todo el ramo,
todos los pétalos lastimé sin querer.
Muy bajito dijiste; vamos hacer,
-cariño mío haremos; pues te amo.
Se corto mi angustia y el silencio.
Esa noche infinita no tiene precio,
por fin fue mía tu dulce primavera.
Mi corazón rosó tu pecho abierto,
en balada las flores oyeron concierto,
contexto de amor, de larga espera.
Autor: Alcibíades Noceda Medina