Tus ojos me cortejan
Me atrapan y embelesan.
¡Qué fácil es sentirme
de ellos prisionera!
Tus labios que, de fuego,
Fundirme me desean,
Caminan por mis poros
Y encienden mi alma entera.
¡Qué fácil es sentirme
de ellos prisionera!
Tus brazos, mi morada,
En par abren sus puertas:
Me agarran si me caigo,
Me dan inmensa fuerza.
¡Qué fácil es sentirme
de ellos prisionera!
Tus manos, tan serenas,
Me ofrecen siempre llenas
De vida, la esperanza,
La luz que al alba llega.
¡Qué fácil es sentirme
de ellas prisionera!
¡Tus ojos, tus manos!
¡Tus brazos, tus labios!.
¡Tu alma entera!
Soy libre para amarte
Y mi corazón te encierra.
Por ello seré siempre
¡Tu eterna carcelera!