Me fui de Cartagena y hace más años que me he marchado de Barna,
y en Alhama me encuentro con un ser que me alarma,
compañero de habla y hermano de alma
por donde el quiera que pase allí lleva la calma,
gitano puro con sentimiento profundo
y con un corazón que no es de este mundo
ayuda al prójimo, anima al que se siente vagabundo
y varias mujeres ya desperdiciaron su turno,
la bondad es su sello, le recorre en abundo,
y yo tengo su escucha cuando a menudo me hundo,
¿en cuantas doncellas el habrá dejado su huella?
pues igual en las más fuertes o quizás en las más bellas
no aspira cigarros ni destapa botellas
el solo te inspira a que sientas las estrellas
no se compara con ella ni se compara con el
tan leal, tan autentico y sin miedo a perder,
sus actos son dulces al igual que la miel,
sabe perdonar, aprende a querer
tan sencillo y sincero que transparente es su piel
no os hablo de Adán ni os hablo de Abel
hoy escribo sobre un gran amigo que se llama Rafael.