No busqueis en mí una sonrisa
una mueca, un gesto amable,
un lógico pensamiento
la palabra precisa,
no querais mirar por dentro
que quien os habla os avisa,
no, ya no queda nada de eso.
Tampoco espereis
conocer a los culpables,
personas, entornos o motivos,
no creais que yo estoy
pensando en alguien
ni tampoco en algo
que haya hecho el deshecho
de mi desorden íntimo.
Soy yo, que me he quedado
sin alas
siendo pájaro migratorio
como he sido,
siendo hoja al viento
polvo del camino,
pez en el agua y llanto,
por lo que me he convertido.
Nada soy, nada espero
y nada pido.