El amor de un padre
no tiene límites,
atraviesa fronteras,
mares y montañas.
El amor de un padre
es misericordioso,
perdona antes de juzgar,
abraza antes de castigar.
El amor de un padre
es eterno,
no entiende de tiempos,
no establece horarios.
El amor de un padre
no dice no,
no dice cuanto,
no dice luego.
El amor de un padre
no duda de amar,
sino que al amar,
desaparece toda duda.
El amor de un padre
no muere con el tiempo,
el tiempo muere,
al no poder alcanzarlo.
El amor de un padre
permanece en vela,
no descansa nunca,
siempre está atento.
El amor de un padre
es dar la vida misma,
para conservar la vida
de quien tanto ama.