Ordenando un rebelde cabello
la tarde se abrazó con las estrellas
y fueron uno
en el mar
caracolas brillantes,
cerraron las pendientes de espuma,
la vida
la gran medusa,quieta.de apalo,oculta
en las grietas,aguarda los que no aman,
el sol se preparó a morir,
abrazo por la cintura al oceano,
lentamente,
entregó su faz de luz,
a su compañera oscura,
era hora de regresar,
por la orilla de la playa,
puntos brillantes,marcaron
el sendero en la noche,
en la arena,mis pasos,
me alejaron,de un crepúsculo
en el sur,
de américa.