Logras detener mis tiempos con el semblante
alterno de tus horas, que pasean sin sentido,
callas la inercia de volcarte en un instante
a toda sensación que te mezcle en mis olvidos,
posees el don, que a la sinuosa espesura
de tus bosques acaparas sin vanos testamentos,
los usas de soporte, de insensatas travesuras
sin darte cuenta que, juegas con los sentimientos,
y en cada despertar de la rosa en tus mañanas
te olvidas que perdiste la oportunidad de devolverte,
un poco de mujer, que perdida en tu ventana
trazó la curvatura de escaparle a la muerte,
páginas aisladas de precipitares lejanos
búsquedas opacas de menesteres despiertos,
transitan tus hormonas, que unidas de antemano
vuelcan la ocurrencia de avatares que ya han muerto,
y tal vez en la pendiente de un ocaso impregnado
de verdes ilusiones que se escapan y lamentan,
sabrás que te llamaron y aún no has contestado
a los gritos del amor que en tí...se desconciertan.