La Casa se ha Muerto, se ha muerto
mi Abuelo,… ¡Pobre!,… murió en su regazo,
a plena noche, en su cama, le miro la muerte
y le vio sonriente y resentido se vio, su frente,
lleno de besos, de caricias prudentes, de sus hijos,
de sus sobrinos, de sus nietos, deja fuerte
una espina, un dolor sin rechazo, un hachazo
que va sangrando y se va secando…
la sangre inerte, duele y se seca impetuosa,
y con ardid, tan imprudente, su mente
viaja por la casa muerta y llora si se llora,
pero duerme si despertamos, y nada es diferente
solo el cuarto donde antes guardaba su sombrero,
su camisa de cuadros y su lampa de acero.
Es creo,… un dolor son consuelo, para mi Madre
es pena amarga latente,…
de muerto mi Abuelo, le siguió mi tía,
pobre arrugada, muerta sin deseo,
su muerte fue como morir
sobre el campo, de paseo,
muy lento al caminar
y sonriente al contemplar;…
Como mi abuelo, su carne era vieja
y en vida al estar, aconseja, aconseja,
que la muerte, es un paseo, por el campo
y que en vez de caminar lento,… ¡Lloras!
y después de contemplar,… ¡Mueres! ;…
¡Se Asemeja, se asemeja y me imploras
te comprenda, pero que pasee, tu no quieres!
y pues te digo que en mi pecho, fuerte
yo te creo pero lo siento, todo es incierto
pues soy sangre en el dolor inerte
y todos pacíamos porque ¡La Casa se ha Muerto!.
Creontte Idilio
Mayo 2006