Tarde de copas
y platicas de un destino
que lo sentía
tan cerca,
como un paraíso
al probar tus labios
suavemente
y despacio.
Me hiciste
renacer de nuevo
cuando te enredaste
en mis brazos
y te dejaste llevar,
bajo el manto estelar
de aquel ayer
único e inolvidable.
El día no podía
terminar antes
de sentir tu aire,
mas cerca de lo normal
por los roses
desnudos de tu piel
al besarme.
Te has clavado
en el lugar
mas remoto de mi
ser,
aun no lo conozco
pero se
siente bien,
y me convierto
en devoto
de una nueva religión
sin reglas
llamada usted.
La mujer de carrizo
y perfecion
sutil al tiempo
de ver
lo mas ciego
de un beso,
el sentir afrodiciaco
y eterno.
Que solo tú
me lo has enseñado.
Algo ha pasado
en el ayer,
pero en el hoy,
¿Que hay que hacer?,
dejar esto a un lado
o volvernos adictos
cada quien,
a eso mismo.
El ayer.