Paseaba ayer por las aguas de una mar sin brisa,
reflejaba la luna su cara sobre mis orillas,
y acariciando la arena me encontré de rodillas,
escribiendo una palabra, que olvidé enseguida.
El aire cortaba mis sonrojadas mejillas,
mientras tarareaba una canción que en mí se leía
sonriendo sobre pálpitos de pensamientos sin ira
solo apagados por la eterna y dulce melancolía.
Susurré un nombre, que al sentir, grité sin vida
perdiéndose en el tiempo de la oscura agonía,
embarcando sobre el silencio, que hoy no brilla
rescatando mil recuerdos, que tanto yo escondía
Hablé con el horizonte, de algo que empobrecía,
le regalé mi corazón, y borré la arena escrita,
cerré los ojos,y dejé mis penas sobre la orilla
despertando hoy, sobre un cielo de resaca fría.