En la quietud de la noche
silenciosa,
la paz de mis sueños brota,
es tan suave como las alas de una mariposa;
Tumbada en mi lecho mi alma viajera,
atraviesa el infinito
junto a las estrellas.
En esta paz que fluye de mi ser
puedo meditar hasta el amanecer,
y como palomas blancas con sus alas
extendidas,
puedo volar elevándome
por el inmenso cielo
que me cobija.
No existen barreras para mi alma viajera,
en la quietud de la noche
ella se eleva,
y vuela feliz hasta sus raíces,
y se viste de amor y de luz infinita,
para hacer de mi ser
la esencia de la vida.
Mi alma vuela en libertad,
y en mis ojos proyecta felicidad.
Esta mi alma que en mi vive,
supera las tristezas que que mí
existen,
y con tierna esperanza me lleva en sueños,
a un paisaje de amor eterno.
Invisible como el viento
mi alma se eleva,
y los colores del amor en mi se reflejan,
más, es tan sutil su brisa cuando me acaricia,
que puedo convertir mi corazón en una inmensa
sonrisa.
Son los ojos de mi alma brillantes luceros,
que al brillar dentro de mí, feliz me siento.
Como aroma de las flores
es su esencia,
la que nace dentro de mí,
haciendo de mis días,
la primavera.
Alma grande, alma dulce,
enséñame la verdad
de mi Esencia