Llévame hasta donde
El sol de tus ojos
Se pierde tras
Ese paisaje de piernas doradas,
Que exhibes con divina gracia
Para mí en la intimidad,
Antesala de esa rosa
Que sin tallo, ni espinas
Espera por mi rigidez
Presurosa
Mientras yo me entretendré
Saboreando ese camino
Deseado
De azúcar morena,
Que me guía tembloroso
Al destino amoroso
Que deseo
Esa humedad
Y la caricia palpitante
Que percibo
Con todos mis sentidos,
Me esta dando aviso
De que tengo el permiso,
Para penetrar
En el rincón del amor,
Que ansiosamente preparaste
Tan tibio, húmedo y abrasador
Para recibirme,
Mientras ingreso
Con amor ardiente y apasionado
Primero, para Luego cabalgarte
Sin descanso,
Hasta que lleguemos juntos
A saciarnos, en este amado
Y mágico momento
De amarte.
Ricardo.