Afuera, afuera, ansias mías;
No el respeto las embarace;
Que es lisonja de la pena
Perder el miedo a los males.
Salga el dolor a las voces
Si quere mostrar lo grande
Y acredite lo insufrible
Con no poder ocultarse.
Salgan signos a la voca
De lo que el corazón arde,
Que nadie creerá el incendio
Si el humo no da señales.
No a impedir el grito sea
El miramiento bastante;
Que no es muy valiente el preso
Que no quebranta la cárcel.
El que su cuidado estima,
Sus sentimientos no calle;
Que es agravio del motivo
No hacer del dolor alarde.
Mayor es, que yo, mi pena;
Y esto supuesto, más fácil
Será, que ella a mí me venza,
Que no que yo en ella mande.