Te veo andar, con paso cansino,
por esos senderos,del suelo argentino,
que le vas a hacer, ese es tu sino ,
no puedes cambiar, ahora tu destino.
Andando al ritmo , de los cencerros,
juntando algarroba, y algunos berros,
acompañada siempre por los perros,
uniendo lugares , por aquellos cerros.
Con una palabra, a veces enseñas,
y con tus actos, siempre dejas señas,
mientras trabajas , entre las peñas,
juntando las cabras,y algunas leñas.
La piel con arrugas , como pergaminos,
arreando cabritos , por esos caminos,
escuchando pájaros , con todos sus trinos,
saboreando dulces , algunos vinos.
De sol a sol y con celo ,
cuidando todo, con tanto desvelo,
y por los tuyos, con mucho anhelo,
pides siempre mirando al cielo.
Tus asperas manos, no tienen pereza,
para superar, toda la pobreza,
y si a veces sientes algo de tristeza,
fuerte la ahuyentas, con toda entereza.
Te veo volver , con pasos cansada,
los años en la piel y en la mirada,
entre gallos y helada ya acostumbrada,
arrastrando tu vida, ahora pausada.
Yo te recuerdo y por mi mente,
pasa algún recuerdo, ahora ausente,
queriendo vivir, alguno reciente,
para sentirte asi ahora presente.
Te veo volver , siempre tan cansada,
años en la piel y en la mirada,
cansado tu cuerpo, ahora resignada,
los montes te esperan, esa es tu morada.