Pensando que me quieres, yo te quiero,
pulsar de estrellas, floración de plantas,
sinuosidad de sendas que levanta
la espera equidistante, un año entero.
Dame el Rosario de rosas, que me muero,
entre trinos del ave que me encanta,
la palabra se ahoga en mi garganta
al musitar: CATORCE DE FEBRERO.
Observo nuestros dedos enlazados,
en el temblor de nuestra boca herida
por la chispa del tiempo que ha volado.
Añoro tu entusiasmo por la vida
y el crujir de tus pasos delicados
en mi ausente presencia derretida.
-*-*-*-*-*
Elí Tanguyú.
2012