Cuando me muera, no os preocupe dónde
Debierais enterrarme.
Cualquier trozo de tierra que no valga,
Para enterrarle a un Muerto, sí que vale,
Pues tierra y sólo tierra,
Que a la tierra se vuelve, es un Cadáver.
También podréis
Mandar incinerarme,
Para que al polvo vuelva,
Y vuelva, cuanto antes,
A ser lo mismo que era:
Polvo que se hizo Carne
Mientras viví en La Tierra
Años que son ya instantes.
También podréis
Arrojar desde lo alto mis Cenizas,
Para que se confundan con el Aire.
Con ese Aire, luminoso y claro,
Que está en todas las partes
Y al que no le ve nadie,
Como si pretendiera,
Como Dios, ocultarse
Y verlo todo sin que a El le vean.