Bronce y mármol aliados en negra simetría
revisten sin turbarse, el cieno sepulcral
que esparce hedor y miedo, en la tumba fría
que aloja el cuerpo inerte, de mi luz angelical
Y no es el ángel espectral que guarda la entrada
el que oprime mi alma y colma mis espantos
es solo el saber que la única, la amada,
no escuchará mi súplica, mis rezos ni mi llanto.
En esa geometría de horrores, fria e inerte
duerme hasta el polvo, la esencia de mi vida
cuando de mis brazos se la llevó la muerte
Y si creo verla, destello que en la noche brilla,
no tardan los insectos ruines y alimañas breves
en elevar su voz, gritando no es real,es pesadilla.