A veces me subo al coche,
Y recorro kilómetros sin pensar,
Sin saber a dónde voy,
Ni cuando pararé.
Escucho música,
Música que en su día nos hizo volar,
Entre sueños y quimeras,
Tan lejos de la realidad.
Te dibujo en mis pensamientos,
Con el azul de los sueños de fondo,
Y me conformo al saber lo que te amé,
Lo que sentí por ti,
Y aunque me encuentre entre penumbras,
Trato de sonreír,
De ofrecerle una sonrisa a la vida,
Porque como me dijiste en el adiós,
Lo bonito es que sucedió,
No que terminó.
Pero es tan difícil no saber de ti,
No tener la oportunidad siquiera,
De poder hablarte,
De volverte a ver,
De al menos decirte lo siento,
Si te hice daño en algún momento...
Sigo recorriendo kilómetros que quedan atrás,
Como quedó nuestra historia,
Como quedaste tú en el tiempo y en mi vida,
Pero no en mi corazón.
Me prohibiste hasta mencionar tu nombre,
Pero me consuelo al poder gritárselo al mar,
Cuando al fin detengo mi coche,
Y me entretengo contemplando las olas,
Que vienen y van,
Que me obligan a cerrar los ojos,
Y dejarme llevar,
Por el recuerdo de tu sonrisa,
Y la inmensidad de tu mirar...