Descansaba en una habitación de hotel
sumida en el silencio de la tarde otoñal
dormía ilusionada, al fin lo vería llegar
ya no dibujaría su faz, lo miraría esta vez
Sentiría sus brazos, abrazarse a mi cuerpo
sujetarme fuerte y elevarme hasta el cielo
para otra vez caer, y aferrarme a su cuello
agitada respirando, bebiéndome su aliento
Viviendo y soñando despierta el momento
temblando emocionada, perdida en su voz
sin control, al mismo son nuestros latidos
hablando el corazón, al contacto de su cuerpo
Entre dormida escucho el sonido del teléfono
miro mis manos, en un dedo brilla un anillo
una piedra sencilla y blanca, de compromiso
corro a su encuentro, pero del sueño despierto!