una oracion larga larga que hable de mujeres concedidas y otras perdidas, una desgracia leve leve que cuente de dedos arrancados y maquinas de coser, un domingo por la mañana sin pajaros para recuperarse del ocio, inventar palabras y tallarlas sobre los arboles, huir con las gavetas de mama, comprar zapatos, afeitarse y bañar al perro. Sin dios pero con gramofonos, sufriendo de quijotescas migrañas y auras pentecostales, sin mujer, sin estofado, con medias acumuladas, con tiempo, con clepsidras(esas maquinarias que marcaban el tiempo en agua) con nostalgia por las panzas de los cines antiguos. El olor de la azotea, la ropa tendida, las ondas herzianas dictando mensajes a los dementes. Click y buenas noches.