Si fuera él, amor, como te cuidaría!
en las sombra innata de un parecer extraño,
ni los males contínuos es que te rozarían
jamás una lágrima caería por desengaño.
Si fuera él, que cuando quiere te abandona
y no se priva en definitiva de engañarte,
si fuera él, amor, de mi elixir beberías
hasta tenerte eterna y de mi boca emborracharte.
Si fuera él, que de tí nada le importa
ni siquiera cuando lloras vestida de promesas,
si fuera él, amor, que en tí nada valora
te amaría en la quietud de tu íntima belleza.