El misterio de la carne se transforma
en la sabiduría, soy el ángel en pasión,
bendigo tu cuerpo sin otra ambición,
solo tu espinas lácteas me conforma.
Bebo elíxir del pan que tu cuerpo adorna,
incluso sin que el beso es la concreción,
frenesí es hambre de total adoración,
es por designio tuyo y mío la norma.
Apelo a tu mirada, dulzura es su sello,
entonces trasciendo al edén más bello,
en la majestuosidad mi vista paseo.
Ímpetu es magma que se despierta,
ahora accesión en tiempo real es cierta,
ángel de pasión sigue saciando deseo.
Autor: Alcibíades Noceda Medina