Mañana en el ocaso de mi vida
estaré recordando mi vida entera,
acaso rodaran por mi semblante
retenidas lágrimas pasajeras…
pasajeras de un mar tormentoso
bordeado de encantos y alegrías
mas, endurecidas de cuitas y sollozos
que devoran toda fantasía…
Es ese vacío lo que inquieta el alma mía
es ese hastío fatigante
que causa mi agonía.
Soledad inminente ¡eso es!
me araña, me aturde,
me cohíbe, me confunde,
me duele, me corroe,
me sulfura
mas, sobretodo me asusta…
Todo es incierto con ella
El hoy, el mañana
no son nada mientras ronda,
mientras acecha, mientras perturba mi paz…
Oh, Dios…! Que su inclemente garra
pose su morada en otra alma
que no sea la mía...
pues podría olvidarme de amar.