La tarde está muriendo en mis entrañas
Mis ojos se están cerrando de a poco
Mordiendo estoy el polvo rancio del camino
Y escupiendo roja sangre, como tantas veces
Sunquypin nina ratan, como océano ardiente!
Las auras doradas se están perdiendo solas
Se están callando sin ganas mis voces rebeldes
Nuqapin ch'ikllin, el fuego rebelde de la sangre india!
Abraza la sierpe a la oscura noche sin alas
Sin fuerzas llega el cóndor al filo del peñasco arisco
Abate el viento libre las retamas marchitas del camino
Y husmea el puma mis huellas en la arena con odio
Sapanmi tuta waqan, al sentir el vaho que exhalo!
Las últimas nubes del cielo azul ópalo huyen presurosas
Canturrean los grillos cantores en sus escondrijos
La sombría noche asalta mi soledad y mis silencios
Oculta la tímida luna su rostro de mil amores
Saqran khatkatatan, al ver los Andes gritar libertad!
Comienza el zorro con sus cacerías austeras al atardecer
Brinca la chinchilla en la estepa al verlo vagar
Protestan audaces los ríos salvajes, asaltan mis derroteros
Aunque a lo lejos la quena solitaria atisba sus voces múltiples
Nunaymi wakyasunkis, vengan hermanos del mundo a luchar!
En el cielo de sus mil experimentos y eclosiones
La nebulosa gris opaca el ocaso, y el smog mis ojos
Los últimos socavones explotan con estruendo
Lame el fuego la tierra y los ríos que me están llorando
Allpan qaparin, maldiciendo nuestros nombres a diario!
Las calles vacías murmuran ausentes al gritarme
La distancia y el sol negro de otros días que no vendrán
Encallan solas ante mis ojos, las colinas abruptas
Y yo, los ojos cierro con resignación vacilante
Paqarinqa huk p’unchawmi kanqa, que la esperanza no muera!
Absorto contemplo el ocaso dorado que muere a rastras
Y digo: ha de ser el último, por lo que más quieran
Pues de amanecer mañana, mi vida entre ustedes no estará
Unido con el viento forjaré la rebolución que los asusta
Y miedo a morir en vuestras manos carniceras ya no tendré
Hatariysi llaqtakuna, y dobleguen ya las cadenas opresoras!
En el río de mis venas late con fuerza la sangre india
La América augente se encabrita, despierta de su largo letargo
Makinchista haywarinakuspa ñawpaqmi risun, kallpawan
Noqanchispi kallpa, wayllunakuypas, allin kaypas
Forjemos la América autóctona y salvaje a lo Chocano
¡Raya el sol en el alba, este tiempo es nuestro, no lo dejen ir…!