Tu razón, mis razones, vagan en este reflejo,
Que no alcanza a ser espejo.
Y no quiero volaren los adentros
De las palabras, explorar sus acantilados,
Ser la proa moribunda de unas olas,
La sal cristalizada en la orilla de cualquier playa.
Quisiera hablarte a solas en cualquier lado,
Imaginarte en la misma cama,
Abrazarte en los mismos lugares,
Perderme en la mirada
Bajo una estrecha luz sombría
Que oculta las migajas de la luna.
Pero hoy, tu razón, mis razones, se anegan
En unos cuantos vasos sobre una barrade bar,
Y unos cuantos euros menos en los bolsillos.
Intentando recordar el olvido
Y que este se enreje en persianas de acero
Cuando llegue la media noche
Y confunda el tacto con el gusto
Y haga de mi mismo un espejismo
Preso de sueños sin lienzo.