A merced del tiempo mi alma espera,
se consume, se vomita, se flagela;
a merced del tiempo mi alma espera
la hiel que hiede su boca blasfema.
Éramos arte, la poesía perfecta,
sinfonía afónica y sedienta.
Éramos mar puro que ahora se infecta
y convierte el amor en compra-venta.
Tú eras sol de pasión ardiente
y yo la luna pálida que fluye tenue.
Éramos uno en una cama que ya no siente
vibrar el tiempo en su bombeo estridente.
Grita en silencio el corazón, a escondidas,
y tú le mientes. Dices que busque una ilusión,
mantenga la cordura y la razón, y se estremece.
Volveremos a vernos entre nubes de algodón.
Quizás se bañe en litros de alcohol y caiga enfermo.
¿Me juras un amor que no marchite el tiempo?
Tan puro, tan sublime. sempiterno.
¿Y te marchas, o te me arrebata el viento?
Pues no lo acepto.
Así se pudra el mundo a mi alrededor
o se congele el infierno.
Antes que mueras tú, que se pare el tiempo.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!