Al saludarte tu mirar es sol augusto,
que es gracia dada por la providencia
y vas regalando en total inocencia,
es luz que ilumina al corazón, justo.
Es premio grato que recibo con gusto,
tu verdad relumbrante es de eminencia,
con humildad te brindo mi reverencia,
si no hiciese me sentiría tal vez injusto.
Sin arrogancia manifiesta tu bondad
a ciencia cierta ajena de tu beldad,
pese; tu belleza resalta a la vista,
pero la virtud en ti es algo aparte,
revelarla no alcanza mi poco arte.
Por adorarte soy primero en la lista.
Autor: Alcibíades Noceda Medina