Pasaron tantos tiempos que no sé,
donde perdí los proyectos del ayer.
La conducta con pasión indecible,
sor prendía al desarrollo del querer,
liberando sueños y deseos,
como lazos silbando por el aire,
para atrapar inalcanzables mitos.
Las zonas recorridas al crear,
intensamente, con ficción o realidad,
poblaban de deseos y ansiedad,
mis manos,mis brazos y el pensar. Comienzo de la vida cotidiana,
que oscilaba haciendo méritos,
como un laberinto sin final.
Discípulo del tiempo y del espacio,
pero con un despliegue moderado,
suficientemente joven para creer,
siendo militante de la melancolía,
crédulo o incrédulo proyectando,
con razón o sin razón,en mis ensayos,
poder ser,el amante más feliz.
Por más que no quisiera transgredir,
insensato, nacía en mí la producción,
el montaje incesante de la vida,
me tomaba de la mano,obsesivo,
elevándome a donde podía gestar,
precoz bajo influencias poderosas,
el mundo que siempre había soñado.