Desde una visión, nublada y atrapante, la
búsqueda de carroña agigantan sus latidos,
me ven desde arriba a mis abajos, casi dormido,
suponen mi sepulcro un desecho de alimañas,
carecen del tacto que supone haber vivido,
pues en lo mas bajo he sentido, y sin embargo,
la latente actitud del Lázaro ne dibuja
en el rostro de revivir a las estocadas y sus ruidos. Acechan, pues saben que es momento, de aprovecharse del caído, del que amó y ama, y a pesar de no haber sabido, que en uno se descargan los mas bajos instintos, me dibujo una sonrisa, me acaricio con razones, me prejuzgo y debilito, y me levanto en mil versiones.