Yo quiero parecerme a tus silencios,
a tus encantos de perdiz en las fronteras,
a tus mañanas de primorosa primavera,
a tus dulzores de sensual encanto.
¿Recuerdas el lirio que rozaba mis mejillas,
en aquella noche de ternura plena?.
Cuando mirando las estrellas en el limbo,
se cruzaba la metralla junto al llanto.
Como quiero acariciar tus sentimientos
Tu dulzura , tus llanuras, tus requiebros.
El aroma del anís de tus mañanas,
Tus manos suave, tus sonrisa olor a hierba.
¡Tus huracanes me traspasan todo el cuerpo!
¡Oh muerte suave tu caricia me adormece!.
¿Serás en el aroma la presencia eterna?.
¿Son mis deseos de quimera inmensa?.
Mi cuerpo junto al tuyo, tu en las tinieblas,
que en el encanto te remese entera,
para parecer lo mas dulce que el alma espera.
¡Oh! Muerte, ¡amada mía! ¿que se siente en la frontera,
cuando el ocaso de la mente espera y
satisface un anhelado encanto?,
¿Es el temor a perecer junto a tu vera,
o es la necesidad de dormir junto a tu almohada,
sin conocer la respuesta que uno espera?.
Y acariciando suavemente tus encantos.
Parodiando a Neruda y a Machado,
quiero inventarte en mi y analizarte entera.
Retocar mi rima de amapola y terciopelo
y decir ¡me gusta tu presencia taciturna!,
callada y en silencio y en el mundo actual,
teñido de huracanes y de sangre, penas
miserias y amarguras plenas.
Todo para perecer, ¡si es que se perece!,
junto a ti y entre los amigos muertos,
Encantados de tu presencia altiva, clara e imponente.
suave tamiz de placer incalculable.
Siempre junto a ti………¡muerte!
Siempre junto a ti………….por siempre.