« Les fleurs coupeés se fanent vite.
Prenez ma terre et eau »
Los días se calzan tus zapatos
de plomo
para caminar,
lenta y pesadamente,
hacia ninguna parte.
¿Recuerdas aquella niña que corría libre y descalza
por las arenas de mi playa?
Tu sigues, a la fuerza,
el caminar de tus pies,
que te llevan
adonde no quieres
adonde no sueñas.
Mientras tu alma regresa a tu pasado,
tus pies avanzan a un futuro
que no es tuyo.
¿Recuerdas aquella niña que corría libre y descalza
Por las arenas de mi playa?
Tu camino
diario
se te estrecha en un embudo
hasta llegar a esa botella
de licor de rutina.
Y te embriagas de rutina,
de la misma rutina gris
cada día.
Te bebes de un golpe tu rutina
para olvidar ese futuro
que tejiste de terciopelo azul
y nunca te has vestido,
porque se te va deshilachando
hilo a hilo;
por el día, se te deshace un hilo;
por la noche, pierde su color.
Y si te pegas otro trago de rutina
es para olvidar ese futuro
que te regalaron después de aquella
cena,
que sigue hoy alimentando tu dolor:
de sus sabores sólo ha sido fiel el amargo.
Y si la rutina te invita a otro trago
tu la aceptas
para olvidar ese otro futuro
que iba a ser tu cobijo para el frío,
y no pensaste que te podría,
agotados aquellos días, helar el alma. Y aceptas el trago para olvidar este futuro
que llegaste a hipotecar por una suma,
que quizá sea el
único sueño
que, ahora, te va visitando
cada vez,
cada mes,
con una puntualidad germánica.
¿Recuerdas aquella niña que corría libre y descalza
por las arenas de mi playa? .
¿Por qué no vuelves
a arrancar suspiros al viento,
retando en tu carrera a las gaviotas en vuelo?.
¿Por qué no vuelves
a hundir tus pies en la arena,
descalza,
sin miedo a pincharte con alguna concha
olvidada?.
¿Por qué no vuelves
a dejar que el sol ofrezca a tus esmeraldas
un brillo distinto
cada día
en cada grano
de mi dorada arena?.
Estoy lejos.
Recorriste
mil
trescientos
cincuenta
kilómetros.
Pero aún te queda
una distancia mayor que salvar;
una distancia que no he acabado
aún
de medir.
Estoy lejos.
Pero,
Recuerdo aquella niña que corría libre y descalza
por las arenas de mi playa.
Tú
siempre serás
Tú.
Me callo.
Me callo porque quiero
que la libertad
sea la mensajera de tus pies
ligeros.
Estoy lejos.