Hay días tan vacíos, tan extrañamente vacíos
que la luz es en demasía, y nada, nada brilla
la profundidad de mis abismos es tan hondo
cuándo quiero salir me demoro un mundo
la multitud no te dice nada, encuentras solo ruido
a la búsqueda voy del vergel de tu sonrisa
alborota el orto en tu desierto el ocaso muere se humilla el sol en su primavera que no llega
no tiene sabor la miel, cuándo me dejas
te ausentas, se hunde mi barco y su vela
tú con tus misterios crece en mi la pausa
de quererte como ayer, la brisa se acrecienta
me dá por dudar mi corazón con su palpitar
se desangra gota a gota, néctar del alma triste
me pongo a divagar , hablar con la luna
se extiende mi poesía tal vez sin el brillo
hermoso que da, cuando uno a la vida sonrie
duele la vida cuando te ausentas y me dejas
yo moribunda albergo tus recuerdos sedientos
que dilatan mi pecho y me abrasan
hundiéndome en el abismo eterno
solo son tus manos las que espero en tu juego 28/marzo/2003