Crecemos día a día en cada tramo del presente,
pasos de gigantes que escuchan los latidos
frescos e intrigantes pasajes de silentes
voces que son espejos, ecos que me dan sentido.
Oímos la música, a la que todo lo puede,
el himno consagrado de los santos inocentes
notas de bohemias, que crecen y que mueren
en cada despertar de tus ojos en mi mente,
Versos sin estrofas, que nacen en un soplo
de rimas que resurgen, sinuosas y atrevidas,
y en cada situación, de muros y de estorbos,
la palabra que cura, el paladar de las heridas,
y aún tengo tu mirada recostada en mis avenidas
calles que exploras, si mirar sus cruces ciegos...
la calma de tu voz, en cada enojo de la mía
todo lo rodeas y juntos...somos fuego!
"..R.N..."