Voy a intentar explicar
un extraño sentimiento
que yo tengo, y de momento,
me hace sentir muy huraño.
Es como si no fuera yo
a quien se dirige la gente
cuando a mi me tiene enfrente
tratándome como un extraño.
A cualquier sitio que voy,
hasta el asiento me ceden,
todos ayudarme quieren,
como si yo fuera un niño.
Yo ya no sé que pensar,
me ayudan a cruzar la calle,
y hasta en el menor detalle,
sólo me expresan cariño.
Pero yo.¡aún me valgo!
no soy joven, pero fuerte,
y tengo la inmensa suerte
de tener vuestra amistad.
Por lo tanto, no agobieis,
que ya puedo andar yo solo.
Agradezco el protocolo,
pero exijo.libertad.