A los pies de tus derruidos muros,
Con mis ojos cerrados estoy,
Y siento como se agolpan en mi memoria,
Toda tu bella y triste historia;
Escrita con sangre y romance,
Mi dulce Jerusalem.
Jerusalem de los gentiles,
Dividida estas entre tres;
Ramas entre ellas separadas,
Que se niegan unas con otras,
Mas que saben que todas provienen,
De la esencia de un mismo ser,
Parado ante el muro de los lamentos,
Que antes fue llamado de oracion;
Siento desgarrarse mi corazon y mi alma,
Por todos aquellos mis malos momentos,
Cuando estuve lejos de ti;
Mi dulce Jerusalem.
Jerusalem de mis amores,
Nunca perderas tus esplendores;
Pues tu eres mas que eso.
Eres un simbolo de amor,
Que nunca morira.