He de ausentarme, tan solo
para librarte de mis heridas,
sentidas inquietudes
que fluyen
día a día, y no
mueren en el presente.
He de ausentarme,
para liberar tu dependencia,
tus ansias de tenerme
y no poder disfrutarlo,
porque sabes que
mi vida lleva impresa
los valores de una bohemia
absurda y revolucionaria.
He de ausentarme,
para no herirte,
última razón que quisiera
insertarte, en esa
frágil nube de amor
que me demuestras
al besarme.
He de ausentarme, amor,
para encantar mis momentos
con el recuerdo afanoso
de tu última mirada.