Estando frente al espejo
y a través de la mirada
se despoja la conciencia
de sus falsas vestiduras;
Se ve la verdad desnuda,
y no es posible ignorarla.
Puedo ver en mis pupilas,
esos abismos gemelos,
insondables, de mi alma
las miserias que me habitan
y en mi conciencia musitan
las verdades más amargas.
Asomarme a esas miserias
me asusta y provoca náusea,
¿cómo es posible, -pregunto-
tamañas contradicciones
entre mis aspiraciones
y el lodo de mis entrañas?
¡Quiero alcanzar las alturas
y elevarme hasta los cielos!
Espirituales anhelos
que me impulsan y me lanzan,
pero mis escasas fuerzas,
debilitadas, no avanzan.
Reniego de mis bajezas,
mis errores, mis andanzas
por esos valles perdidos
en densa niebla malsana;
quiero habitar otra esfera
más límpida, más humana.
Pero mis lacras persisten,
como una "costra" en el alma
y son en vano mis intentos
por salir de esta covacha;
a pesar de mis fracasos,
¡VOLVERÉ A INTENTAR, MAÑANA!-
Eduardo Ritter Bonilla.