Un día con tigo...

En tus ojos se levanta la mañana,
en la línea perfecta de tu cuerpo,
que muestras tu presencia,
y tus pupilas se encienden en mi,
como láminas de fuego,
por todo mi cuerpo,
se enrredan sin preguntar porque,
y en las tardes me acompañas,
hasta llegar a mi casa,
refugio de mis temores,
lugar de mi confianza,
entras en mi casa,
me desnudas con tus manos,
hasta que comprendo,
que multiplicas mis esperanzas,
por tenerte en la mañana,
por besarte en las tardes,
y sofocarte en las noches con serenatas...