Tranquila donde el viento,
es dueño y no logrado,
imponer su rugido macabro,
alli en el monte de silencio.
Como campanas de viento,
en lo que regresas,
tintineante de frío,
me dormi.
Sereno comiendo el desayuno,
en una sombra lleguó el día coronado,
Música de fuego,
entre los montes y techos de casas.
Día con leyendas de monte y campo
lloviendo como nube oscura,
con estornudos como cascada.
y en penumbra llegué.
Ríos azules, de sorpresa sin aliento,
y esté a la puerta del alba,
por mis voces,
vistiendo con historia.
Cara a cara,tu rostro,
con preguntas áridas
con trenzas de viento,
el ángel de las soledades.
Entrega conventos y cactus,
aullido de tierra y humo,
lamento sin terminar,
dando tumbos de monte en monte.
12/17/06
copyright 2006
autor sagitaria del mar.
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