De aquel fantasma del tiempo
el cielo ya se encargo. . .
no hubo lamento alguno,
entre el aire se esfumo.
Quizás existan razones
para enclavar la mirada,
entre nubes y emociones,
que quedaron muy ancladas.
Pero el hilo es muy delgado,
y tiende a tensionarse,
quizás por testarudez,
se arriesga a una herida!
Porque lo que ya dolió,
no entregara más dolor,
y lo que se volvió de humo,
jamás otro día ardería!
La leña que se consume,
ni uniendo ya las cenizas,
a leño retornaría.
Por eso deberá aprenderse,
que el pasó de estas horas,
ni en error regresarían!