Triste y segura cae la gota de lluvia,
sin cesar y recorriendo parajes,
sin cesar y sobrellevando vidas.
Largo recorriendo sin eternidad,
comenzando en lo alto con vida,
gran vida
hermosura y corporeidad sin cesar en un segundo,
se apaga al chocar en el suelo,
incesantes obstáculos,
el suelo la absorbe, se infiltra,
relaja, emana y se seca.
Nadie la recordará una vez seca,
húmeda aún queda algo,
pero interna en la tierra, ya es tierra.
Ya no hay vida.
Cual la vida es la gota,
cual nosotros, es la lluvia,
cual la vida es su transcurso,
cual nosotros, también.
Puede ser lluvia de otoño o primavera,
pero siempre hay que afrontarla… … como la vida misma.