La danza de los yoes

-"¡YO soy el REY DE LA IRA!"-
Dice aquel, frunciendo el ceño,
con voz que retumba y truena.
-"¡YO soy de este mundo el dueño
y es por MI que el mundo gira!
Es de fuego mi mirada
y hay fuego en mi voz airada.
¡Petrifico al que me mira!"-
-"¡Pobre insensato arrogante!"-
Dice la LUJURIA, astuta.
-"Es tan sólo un ignorante.
¡Soy YO la que muevo al mundo
con la llama del deseo
y es Mi Reino nauseabundo
el que mueve a la prostituta,
al mediocre y al ateo,
a la mujer y a su amante!"-
-"¡Junto a MI, no vales nada!"-
La interrumpen la SOBERBIA
y su primo-hermano: el ORGULLO.
Es de piedra su semblante
y es su mirar arrogante.
Con los labios apretados
se yerguen en sus estrados,
se expresan en un murmullo
y es su voz seca y helada.
-"¡Qué risa nos dan ustedes
con sus aires de grandeza!"-
Intervienen las arpías
con su voz hueca y cascada.
Una se llama AVARICIA
y su hermana es la CODICIA,
ambas perversas y frías.
-"¡Nosotras, sin tanto ruido,
movemos a los humanos
como viles marionetas,
alentando su ambición
hacia el crimen, la pasión,
fomentando falsas metas
que causan su perdición!"-
-"¡Griten, chillen ó murmuren
su sarta de desatinos!"-
Dice la ENVIDIA en su turno.
-"¡Ninguno tiene mi fuerza
para corroer las almas
y sepultar sus destinos
en un pozo de amargura!
Sólo YO hago taciturno,
insatisfecho y desdichado
al hombre torpe, amargado,
y lo someto a cruel tortura."-
-"¡Ninguno de ustedes tiene
tal peso sobre los hombres
que los seca y paraliza!"-
Dice, con torva sonrisa,
la PEREZA recostada
en su cómoda litera.
-"Es por MI que no prospera
esta indolente Humanidad.
¡YO mato su voluntad
y la conduzco a la hoguera!"-
La GULA trina y revienta:
no quiere quedarse atrás
y se une a la tormenta
de alardes y de bramidos:
-"¡YO soy superior a ustedes
aunque no lo reconozcan!
Esclavizo a los humanos
con mis vicios y adicciones
y en fiestas y libaciones
los mantengo encadenados,
sin remedio ni esperanza
de hallar su liberación.
¡YO los conduzco, embriagados,
hacia su condenación!"-
Y así prosiguen los YOES
su incesante parloteo,
rivalizando en horrores
y ensalzando sus "proezas",
sus maldades, sus bajezas,
como un grotesco trofeo.-
Eduardo Ritter Bonilla.