SOÑÉ...
Que el Mundo flotaba
en un Universo dorado,
que nuestros corazones
no eran de plástico,
que por nuestras venas fluían
miles de glóbulos rojos y blancos
para hacer de nuestras inteligencias
un estandarte en defensa de la paz,
el rechazo total de la violencia
y los malos tratos.
Soñé...
que el Mundo no estaba contaminado,
que nuestro cerebro no estaba vacío,
ni obturado y que nuestro sistema nervioso
llevaba mensajes por todo el cuerpo
de armonía y sosiego para hacer tirar
las armas a los guerreros y dar vista a los ciegos.
Soñé...
Con un mar azul intenso, quieto,
que los barcos llevaban
velas ligeras para la brisa
y que el aire impregnaba todo de alegría;
que el sonido del viento componía
cánticos, odas y sinfonías.
Soñé...
que pena cuando desperté...
mi cerebro reproducía imágenes
de odios, envidias, desinterés,
mentiras, violencias, compras a cien...
Soñé... solo soñé con un Mundo del revés.