Como la primera vez, que estuve entre tus brazos,
Y una sonrisa tuya se dibujó en tus labios;
Aquella tarde fui el hombre más feliz, porque pude brindarte un amor verdadero.
Yo sabía que ya eras de otro,
por lo tanto eras amor prohibido;
Pero yo me enloquecí contigo,
que jugué mi vida y mi destino,
por sentirte mujer en mi regazo.
Yo he besado no te niego, otras bocas otros labios,
Y los tuyos serán como un castigo;
Pues no puedo vivir sin encontrarte,
Y te espero, no es un sueño, ni delirio.
Te espero vuelve pronto y encontrarte conmigo,
Que mi vida sin tu amor es sendero camino;
Y yo, y yo, que de ti me he enamorado,
Hasta el final de vida, quiero vivir contigo.
Copyright "©" Derechos Reservados 2014
José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita