Llora el sol sobre granada, llora el cielo.
Mil mariposas bordean los jardines de la alhambra
Que en silencio están en sombras, y en sus flores reflejadas.
Llora el cielo, el genil baja raudo en su vereda
Casquivano y espumoso, como un balcón floreado
Buscando el mar a su antojo.
Y el cielo vuelve a llorar
Y los gitanos ardientes en su lento caminar
Lloran amarga su angustia, tristes en su soledad.
Que canten los verdes valles, de azucenas ya marchitas
Que el trigo que esta granado, dorado también se agita.
Mil amapolas al viento, impregnan entre los surcos.
Su sangre color de púrpura, como la de federico.
Suspiros hay de esperanzas, martirizando mis sienes
Como fiel por las espigas, el aire mueve sus pliegues.
Y llora el cielo, por la muerte de un jinete
Que sale a la aurora ardiente, y en la noche se adormece.
Que vive siempre presente, en su viento de granada
Llevando dulce sus ecos, de sonetos en cascadas.
Que se ha muerto federico, que se ha muerto
Tiñe sangre el corazón, que va latiendo al unísono
De su impulso de clamor.
Que no ha muerto, que lo siento entre mis sienes
Que esta dentro de mi mente
Presente siempre estará de este pueblo que lo siente. su cante grande de amor, de españa fue su bandera, su verso la primavera.
Y sus coplas la escalera, de un cielo que emociono.
Pero solo en su granada, por su vega de olivares
Dejo impregnado su aliento de sonetos y cantares.
Y en los surcos derramada la fuente de un corazón
Mientras su voz se apagaba decía mientras lloraba “granada será mi voz”