Estar contigo, es como escuchar música suave,
se escucha en nuestros corazones otra vez.
El inmenso amor que tengo en mi ya no cabe,
sin temor te amo con el alma, y tu bien sabes.
Cuanta calidez encuentro en tu celestial presencia,
de una ternura que en palabra no sé explicar.
Como ante aun mantiene tus sonrisas, la inocencia,
llena de amor mi corazón, y acelera su palpitar.
No te tengo en tiempo entero, lo que me das es mío,
es la razón que me pierdo en tu divina noche,
consumo todo, cada segundo del tiempo impío,
llego hasta tu alma, a través de ojos azabache.
Estás frente a mí y, como una diosa te venero,
siento tus labios en mi boca cual fuera de miel.
brilla amor único y total, en tus ojos de lucero.
El roce de tus manos, eriza mas allá mi de piel.
Estos hermosos momentos, se graba en mí ser
y queda alegrándome hasta en los íntimos sueños,
renovándome lo gozado en quimérico querer,
anega mi mundo de alergia y alucinante ensueño.
Pero hoy eres realidad, siento en mi piel tu calor,
en cual me deleito en tiempo real, en presente,
a pleno vivimos, se niega a morir nuestro amor.
Asombrosamente otra vez, nos amamos como antes.
Autor: Alcibíades Noceda Medina