Pueblo chileno, te llegó la hora
de revancha,
de venganza,
gota a gota,
de la sangre derramada
del líder formidable,
que trocó su vida por la suerte
de sus hermanos sin justicia
social,
sin leche y sin carne,
víctimas de la industria de la muerte.
Pueblo chileno, levántate en pira
de revolución ante la muerte
de Salvador Allende.
Que nada te detenga. Ni la bala
del sicario y del traidor,
ni la muerte de la masa.
Que ya tienes ejemplo miserable
y tiene que servirte de coraza
para iniciar con coraje
la batalla de quienes hacen
la contra-revolución.
Desde lejos la voz de Allende
rompe todas las trabas enemigas
y abre paso al torrente
de la juventud firme
en cuyas manos
no habrá simples pañuelos
sino fusiles, que al despertar a las familias
de todos los chilenos,
pedirán, pedirán, pedirán
disparos, más disparos para castigar
a los que frustraron
la esperanza del cambio
del hermano pueblo de Chile.
Salvador:
El pueblo te sigue, te ama
y te espera en la puerta de Santiago,
con la bandera Libre y del honor
de los soldados fieles,
campesinos marxistas,
que saben de tu inmolación
y están cerca de tu palabra
que hizo vertical
la justicia y la democracia.
Salvador:
Tu no has muerto, compañero
si la vida es un escándalo,
defendamos al chileno hermano
con el ruido del SILENCIO.
JOSÉ MARÍA DEL CASTILLO
EL POETA